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Mensaje de P. Evaristo Sada

Bendición de la imagen de la Virgen de Guadalupe en el Santuario de La Concordia.

Punto de partida del Camino de Guadalupe

Mensaje del P. Evaristo Sada, L.C.

Orizaba, 12 de octubre 2025

Hace apenas unas semanas, un grupo de jóvenes vino desde España para recorrer durante seis días el Camino de Guadalupe. Me dijeron: “Hemos hecho el Camino de Santiago más de una vez, pero esto es otra cosa, en el Pico de Orizaba todo es fascinante.”

En efecto, hay pueblos mágicos… y está Orizaba, donde la mano de Dios dejó su firma y la Virgen de Guadalupe tiende su manto. No es la magia lo que hace grande a Orizaba, sino la bendición de Dios que la habita.

¿Qué hace único y especial al Camino de Guadalupe? Menciono 5 elementos que son como el jugo de la naranja, el que le da sabor a cada gajo.

 

1. El Camino de Guadalupe es el Camino de la belleza

Los paisajes son bellísimos, el canto de las aves, las flores, los bosques, los vestidos, las esculturas, los templos, la hospitalidad…

La belleza tiene el poder de abrir el corazón a la verdad y al bien. Cuando una persona se deja tocar por la belleza —la de un amanecer, una cascada, una sonrisa o un gesto de amor— algo se despierta en el alma y se eleva espontáneamente hacia Dios, fuente de toda armonía.

A través de la belleza visible descubrimos la Belleza invisible de Dios que sostiene todo.

El Camino de Guadalupe promueve un estilo de evangelización a través de la belleza; evidenciando que la evangelización no sólo pasa por la palabra o la acción, sino también por la contemplación.

 

2. El Camino de Guadalupe: donde fe y vida se entrelazan

Para Orizaba y para La Perla, el Camino de Guadalupe es más que una red de senderos: es un proyecto comunitario, una propuesta cultural y solidaria, un reto deportivo, una oportunidad turística, un nuevo impulso misionero.

Aquí, Fe, Ecología, Deporte, Arte, Gastronomía, Caridad cristiana… va todo junto.

La contemplación se mezcla con el trabajo; la aventura con la cultura; la belleza, con la solidaridad; la naturaleza, con la espiritualidad.

Un ciclista que hacía el Camino, al llegar a la comunidad de La Mata me dijo: “Venía buscando retos y paisajes… y me encontré conmigo mismo. Encontré sentido. Y en los habitantes del volcán, encontré a Juan Diego.”

Aquí la fe se hace caminata, la ecología se vuelve oración, el deporte se transforma en fraternidad y el arte se convierte en alabanza.

 

3. El Camino de Guadalupe es fe hecha obras

Es fe que se arremanga, que se demuestra en compromiso y servicio a los más pobres: agua potable, vivienda, alimento, educación, invernaderos, reforestación…

La Virgen no pidió templos de piedra, sino templos vivos: corazones que amen, manos que sirvan, comunidades que se ayuden entre sí.

La fe sin obras es como un frasco de semillas guardado en un cajón: tiene dentro el bosque entero, pero nunca verá la luz.

Desde que comenzamos el Camino de Guadalupe, el despliegue de obras de misericordia que se ha realizado en favor de las comunidades más desprovistas de las faldas del Pico, demuestra que esas faldas son ahora manto sagrado de María que protege y colma de bendiciones a sus hijos más pequeños.

 

4. El Camino de Guadalupe es Iglesia en salida:

El Santuario de la Concordia ha sido hasta ahora punto de llegada. Hoy se convierte también en punto de partida.

Es imagen viva de una Iglesia misionera, en salida. Como dice el Papa Francisco: “Prefiero una Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle, que una Iglesia enferma por encerrarse y aferrarse a sus seguridades.”

La Iglesia en salida es como un río: no guarda el agua, la reparte, fecunda todo lo que toca.

Una Iglesia con botas en los pies y alegría en el corazón.

El punto de llegada de este Camino es el Jardín de Guadalupe que estamos construyendo allá arriba, en El Minero. Será un espacio de oración en medio de la naturaleza, pero sobre todo un centro de formación de apóstoles campesinos que sean los Juan Diegos de nuestros días, porque la meta final son los corazones de todos los hijos de Dios, para que sientan en carne propia el abrazo del Corazón de Jesús y la ternura de María.

Los Legionarios de Cristo agradecemos a S.E. Don Eduardo Cervantes que nos dé la confianza de seguir ofreciendo así la aportación de nuestro carisma ahora que cumplimos 30 años de servicio en algunas de las comunidades más desprotegidas de la diócesis de Orizaba.

 

5. El Camino de Guadalupe es unión de voluntades

Campesinos, sacerdotes, artistas, voluntarios, fundaciones, servidores públicos, escuelas… todos unidos estamos tejiendo este Camino con mucho esfuerzo, por una misma causa. Muchas manos y un solo corazón.

Gracias Don Eduardo, gracias P. Juan Carlos, gracias Sr. Alcalde Juan Manuel, gracias Ruth, la Presidenta Municipal de La Perla, por su compromiso generoso y decidido.

Es un proyecto donde cada uno encuentra su lugar: quien siembra, quien esculpe, quien enseña, quien ora, quién construye…

El escultor que trabajó esta imagen me dijo: “Todos somos parte de una obra sin firma, porque su autor es el Amor.”

Cuando las manos se unen, el milagro se multiplica.

Como en un telar, cada hilo tiene su color, pero sólo juntos revelamos la imagen del amor de Dios y de María.

Por eso, que nadie se quede como espectador: esta gran aventura apenas comienza; encuentra tu lugar y súmate.

La celebración de los 500 años de las apariciones de la Virgen de Guadalupe y de los 25 años de la diócesis de Orizaba son una gran oportunidad para redoblar el arrojo misionero.

Conclusión:

Estos 5 elementos son pues el jugo de la naranja. El Camino de Guadalupe es:

  • El Camino de la belleza
  • Donde fe y vida se entrelazan
  • Fe hecha obras
  • Iglesia en salida
  • Unión de voluntades.

Como Juan Diego bajó del Tepeyac con su tilma llena de flores, el Camino de Guadalupe promete una aventura colmada de bendiciones.

Hoy bendecimos una imagen de la Virgen María, pero sobre todo es María quien está bendiciendo un pueblo entero y nos llama a caminar con Ella hacia Jesucristo, hacia el hermano necesitado y hacia el cielo.